
El principio de funcionamiento de estas piscinas se inspira en los ecosistemas acuáticos naturales, donde las plantas, los microorganismos y los materiales filtrantes trabajan en conjunto para mantener el equilibrio biológico del agua. Esto no solo permite un baño libre de productos agresivos para la piel y el cabello, sino que también favorece la biodiversidad y reduce el impacto ambiental.
¿Cómo funcionan las biopiscinas?
El sistema de una biopiscina se divide en dos áreas principales: la zona de baño y la zona de regeneración. La primera es el área destinada al uso recreativo, mientras que la segunda alberga las plantas y materiales filtrantes que limpian el agua de manera natural. A través de un sistema de circulación, el agua fluye entre ambas áreas, permitiendo que los microorganismos y raíces absorban los residuos orgánicos y eviten la proliferación de algas y bacterias dañinas.
Otro aspecto clave en su funcionamiento es la oxigenación del agua. Para evitar que se estanque, muchas biopiscinas incluyen cascadas o pequeños estanques de movimiento continuo, lo que mejora la calidad del agua y potencia su proceso de auto-purificación. Además, en algunos casos se incorporan filtros mecánicos que retienen partículas en suspensión y ayudan a mejorar la transparencia.
Beneficios de elegir una biopiscina
Optar por una biopiscina ofrece múltiples ventajas tanto para la salud como para el medioambiente. En primer lugar, elimina la exposición a productos químicos agresivos, reduciendo problemas de irritación en los ojos, sequedad en la piel y reacciones alérgicas. Esto las convierte en una opción ideal para niños, personas con piel sensible y quienes sufren afecciones respiratorias.
Desde una perspectiva ecológica, contribuyen a la conservación del agua, ya que no requieren vaciados frecuentes como ocurre con las piscinas convencionales. Además, al no generar residuos químicos, evitan la contaminación del suelo y de los cuerpos de agua cercanos.
En términos estéticos, las biopiscinas se integran perfectamente con el entorno natural, creando un espacio armónico y relajante que simula la apariencia de un estanque natural. Su diseño puede adaptarse a distintos estilos de jardín, incorporando rocas, madera y vegetación para potenciar su atractivo visual.
Además, a largo plazo representan una inversión sostenible. Aunque su costo inicial puede ser superior al de una piscina tradicional, su mantenimiento es más económico, ya que no es necesario adquirir cloro u otros productos químicos de limpieza.
En la siguiente nota, exploraremos en detalle cómo es el mantenimiento de estas piscinas naturales y qué cuidados se deben tener en cuenta para garantizar su correcto funcionamiento.