
1- Rampas de acceso con pasamanos
Las rampas ofrecen una forma progresiva y cómoda de ingresar al agua. Deben tener una pendiente suave (no superior al 8%), estar recubiertas con material antideslizante y contar con pasamanos a ambos lados. Este tipo de acceso también es ideal para personas mayores o niños pequeños.
2- Grúas hidráulicas y elevadores
Son una excelente alternativa cuando el uso de rampas no es posible. Las más comunes son:
- Elevadores fijos: Instalados en el borde de la piscina, permiten un ingreso cómodo y controlado.
- Grúas móviles: Fáciles de trasladar y sin necesidad de instalación permanente, ideales para espacios multifuncionales.
- Sillas de transferencia: Diseñadas para facilitar el paso del borde al interior de la piscina de manera segura.
3- Escaleras adaptadas
Las escaleras anchas y con peldaños bajos permiten que las personas puedan apoyarse y moverse con mayor estabilidad. La incorporación de pasamanos resistentes a ambos lados es fundamental para ofrecer soporte durante el ingreso o la salida.
4- Superficies antideslizantes
Evitar caídas es una prioridad. Algunas opciones para mejorar la tracción incluyen:
- Pisos de goma antideslizante: Ideales para áreas húmedas, ofrecen una superficie segura y cómoda.
- Baldosas texturizadas: Tienen mejor agarre que las superficies lisas y pueden instalarse sin grandes reformas.
- Alfombrillas de seguridad: Son una opción temporal y económica para mejorar la tracción en zonas específicas.
5- Zonas de descanso en el agua
Las áreas poco profundas dentro de la piscina son especialmente útiles para quienes necesitan descansar o ingresar progresivamente al agua. Pueden incluir bancos sumergidos o plataformas de relajación.
6- Señalización y ayudas visuales
Para las personas con movilidad reducida y discapacidades visuales, la señalización clara es clave. Se recomienda:
- Indicadores de profundidad visibles desde el borde.
- Señales en braille en puntos clave.
- Iluminación estratégica para uso nocturno o con baja visibilidad.
7- Dispositivos de flotación adaptados
Existen chalecos de flotación diseñados para personas con movilidad reducida, así como sillas flotantes que permiten el desplazamiento dentro del agua con seguridad y confort.
8- Temperatura del agua
El agua templada (entre 28 °C y 32 °C) es ideal para personas con afecciones musculares o articulares. Mejora la movilidad, reduce la rigidez y contribuye a una experiencia más placentera.
Con pequeñas adaptaciones y una visión inclusiva, cualquier piscina puede transformarse en un entorno accesible, seguro y funcional para todas las personas. La inversión en accesibilidad no solo cumple con principios de equidad, sino que también mejora la calidad del espacio para todos sus usuarios.