
¿Por qué es importante mantener el equilibrio químico en invierno?
En temporada baja, la tentación de “dejar descansar" la piscina sin control químico es grande, pero esto puede generar problemas como la proliferación de algas, corrosión de componentes metálicos, incrustaciones de sarro e incluso daños irreversibles en el revestimiento.
El equilibrio químico adecuado durante el invierno no solo conserva el agua limpia, sino que también reduce la necesidad de vaciar y volver a llenar la piscina, ahorrando tiempo, dinero y recursos.
Parámetros esenciales que debes vigilar
pH (7.2 a 7.6)
El pH es el indicador de acidez o alcalinidad del agua. En invierno, aunque la temperatura baja retrase algunas reacciones químicas, un pH fuera de rango puede seguir provocando corrosión (si es muy bajo) o incrustaciones de sarro (si es muy alto).
- Consejo invernal: Controla el pH al menos una vez al mes, ya que las lluvias, heladas o la evaporación parcial del agua pueden alterarlo.
Cloro (1 a 3 ppm)
El cloro es el principal desinfectante, y aunque en invierno el crecimiento de bacterias y algas es más lento, no desaparece. Mantener una cantidad estable evita que el agua se deteriore y adquiera olores desagradables.
- Consejo invernal: Puedes reducir ligeramente la dosis habitual de cloro, pero nunca dejarla en cero. Una vez al mes, realiza una cloración de choque para prevenir la formación de cloraminas.
Alcalinidad total (80 a 120 ppm)
La alcalinidad actúa como amortiguador del pH, evitando cambios bruscos. Si este valor está desajustado, el pH será inestable y requerirá correcciones más frecuentes.
- Consejo invernal: Antes de cubrir la piscina, ajusta la alcalinidad para que se mantenga estable todo el invierno.
Rutina recomendada para el mantenimiento químico en invierno
1- Revisión mensual de parámetros
Utiliza un kit de análisis o tiras reactivas para medir pH, cloro y alcalinidad. Aunque el uso de la piscina sea nulo, el agua sigue expuesta a la intemperie.
2- Ajuste del pH
- Si está bajo: añade carbonato de sodio.
- Si está alto: aplica ácido muriático o bisulfato de sodio.
Realiza los ajustes de forma gradual para evitar cambios bruscos.
3- Mantenimiento del cloro
Emplea tabletas o cloro líquido en menor cantidad que en verano, pero mantén niveles mínimos de 1 ppm. Recuerda el tratamiento de choque mensual.
4- Control de la alcalinidad
- Si está baja: añade bicarbonato de sodio.
- Si está alta: reduce con ácido muriático, siempre con precaución.
5- Filtración ocasional
Aunque no sea diaria, en invierno es conveniente poner en marcha el sistema de filtrado unas horas a la semana para evitar el agua estancada.
Problemas comunes en invierno y cómo evitarlos
- Agua turbia: Puede deberse a filtración insuficiente o parámetros desajustados. Mantén limpias las canastillas y el filtro.
- Sarro en las paredes: Sucede cuando la dureza del calcio es alta y el pH elevado. Ajusta estos valores antes de que las incrustaciones se solidifiquen.
- Olor fuerte a cloro: Indica exceso de cloraminas. Solución: tratamiento de choque.
El invierno no es una pausa para el mantenimiento químico de tu piscina. Con controles periódicos de pH, cloro y alcalinidad, puedes conservar el agua en perfecto estado, proteger la estructura y asegurarte de que, con la llegada del buen tiempo, la piscina esté lista para disfrutar sin grandes gastos. Un cuidado constante durante la temporada fría es la mejor inversión para una temporada de verano sin sorpresas.