La acumulación de hojas y escombros
Una de las primeras cosas que notarás en una piscina expuesta al viento es la acumulación de hojas, ramitas y otros escombros arrastrados por las ráfagas. Estos elementos no solo afectan la estética de la piscina, sino que también pueden obstruir el sistema de filtración, lo que aumenta la frecuencia de limpieza y mantenimiento.
Para evitar esta acumulación, considera instalar una barrera natural alrededor de la piscina. Árboles de hoja perenne, setos o arbustos altos pueden actuar como cortavientos, disminuyendo la cantidad de escombros que caen en el agua. Es importante elegir plantas que no pierdan muchas hojas durante el año para reducir el mantenimiento adicional.
Otra solución práctica es el uso de cubiertas para piscina. Las cubiertas automáticas o de malla fina no solo mantienen las hojas y ramitas fuera del agua, sino que también evitan que la suciedad y el polvo lleguen al fondo de la piscina. Al mantener la piscina cubierta cuando no se está utilizando, puedes reducir considerablemente la cantidad de trabajo necesario para mantenerla limpia.
La evaporación del agua
El viento puede acelerar la evaporación del agua en la piscina, especialmente en climas cálidos y secos. Este fenómeno no solo implica la necesidad de rellenar la piscina con mayor frecuencia, sino que también puede alterar el equilibrio químico del agua, lo que lleva a un mayor consumo de productos químicos para mantener los niveles adecuados de pH y cloro.
Para contrarrestar este efecto, una vez más, una cubierta para piscina puede ser tu mejor aliada. Las cubiertas ayudan a reducir la evaporación al minimizar la exposición del agua al aire. Además, algunos propietarios optan por instalar cortavientos permanentes, como paneles de vidrio, vallas o estructuras de madera, que bloquean el viento directamente y, por lo tanto, disminuyen la evaporación.
Otra solución es ajustar los horarios de llenado de la piscina. Rellenar durante las horas de la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas son más bajas y el viento suele ser menos intenso, puede ayudar a reducir la tasa de evaporación.